El desastre electoral puede ser una excelente oportunidad

¿Qué decir que no se haya dicho ya de las elecciones del domingo? Nada original. Atrapado entre la perplejidad y el derrotismo, en estos casos sería mejor callar. Perplejidad pese a que ha ocurrido lo que todos sabíamos que podía ocurrir. Y derrotismo porque ahora los menos favorecidos de este país van a pagar los errores cometidos por el PSOE -y por IU, cuyo ascenso no es síntoma de aciertos propios- a lo largo de una legislatura plagada de despropósitos y que culmina con el mayor de los sinsentidos, echarse en manos del neoliberalismo puro y duro.

Salimos de cuatro años de horror y vamos a otros cuatro de espanto. Por supuesto, aunque su actitud parece incomprensible, la culpa no es de los electores. Algo habrán hecho mal las formaciones progresistas para que la población decida que es mejor jugarse el futuro con la derecha. ¿Será que para hacer política de derechas ya está la derecha? ¿Será que Zapatero se había convertido en una pesadilla? Aquí hace mucho tiempo que nadie gana unas elecciones, las pierde el adversario. Y la culpa la tienen los dos partidos mayoritarios y la ley D´Hondt que han forzado a los electores a conformarse con el mal menor.

Ahora a la izquierda le queda una tarea hercúlea. Una tarea para la que no está preparada. Después de décadas ensimismada, enrocada en el poder, se muestra falta reflejos, desgajada de la realidad, agotada de ideas y proyectos. Primero tendrá que llevar a cabo una profunda autocrítica, cosa que no se atisba en el horizonte ni de lejos. Luego, deberá levantar un nuevo edificio político e ideológico y, finalmente, dar con nuevos liderazgos libres de inercias e intereses.

Para recuperar su razón de ser, la política de izquierda tendrá que deshacerse de la obediencia a los mercaderes, volver a los intereses de la mayoría de progreso y abandonar la política de salón. A la calle. A tomarle el pulso a los barrios, a comprometerse con los desfavorecidos. En definitiva, regresar a la política como un medio para transformar la sociedad, no como fin en sí mismo.

Para ello, lo mejor que podemos hacer es pasar página. No olvidar, pero tampoco ocupar más tiempo del imprescindible en hurgar en las heridas abiertas estos últimos años. Sobre todo, poner manos a la obra en la tarea de resistir y reconstruir todo lo que la crisis se ha llevado por delante, y lo que todavía se puede llevar. Partir de cero, debatir y buscar soluciones diferentes, otra forma de hacer política, acompasar la acción con el sentimiento de la calle.

Tal vez convenga concluir diciendo que no hay mal que por bien no venga. Que la derrota estaba cantada desde el momento en el que la izquierda perdió pie en la calle. Era cuestión de tiempo. Y que nada se habrá perdido si esto sirve para recuperar la sintonía con la mayoría social, para el rearme ideológico, para encontrar vías de hacer política acordes con los tiempos. En definitiva para dejar atrás la política del siglo XX, que muchas veces rindió excelentes servicios a los pueblos, pero que demandaba una transformación a fondo. El desastre es también una excelente oportunidad.

Acerca de josebejarano

Periodista andaluz
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2 respuestas a El desastre electoral puede ser una excelente oportunidad

  1. Juan Marín dijo:

    A la derecha le costó 14 años que un gobierto socialista cayera él solito……y Aznar consiguió ser presidente con su gran estrategia parlamentaria de decir repetidamente «vayase Sr.González» y presumir de hablar catalán en la intimidad (sea lo que sea que eso signifique), no olvidemos que Aznar fue presidente gracias a CIU + PNV………¿cuánto tiempo necesitará ahora la derecha para caer y volver a dejar paso al PSOE? a la crisis le quedan 10 años…….

  2. Francisco Romera dijo:

    No debemos mirar continuamente para otro lado, realmente es cierto que en nuestro país se pierden elecciones, no se ganan, y cada vez que algún partido pierde los ciudadanos perdemos más.
    Pero la pregunta es porque se pierden, ¿por una frase más o menos acertada?, creo que la razón está en la calle, los políticos, también los de izquierdas, viven de espaldas a la dura realidad de los barrios pobres, cada vez hay más familias viviendo de ayudas y no del estado precisamente.
    Yo fue militante antifranquista y puedo asegurar que no es esto por lo que arriesgábamos nuestra vidas. Los partidos socialistas los formaban trabajadores y estudiantes, se luchaba por una sociedad mejor en todos los sentidos.
    ¿Que tenemos ahora? que los «mercados» gobiernas por encima de los partidos y a los bancos les pagamos las malas gestiones.
    ¿Que tenemos ahora?¿que partido nos puede representar?
    Si el PSOE quiere ser el partido socialdemócrata que dice ser ha de cambiar de los pies a la cabeza.
    Felicidades José por tus opiniones.

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