Por la liberación de los pescuezos oprimidos

Andan sus señorías enfrascadas en una polémica sobre la pertinencia o no de vestir corbata en las sesiones del Congreso de los Diputados. Está bien que dediquen tiempo y esfuerzo a debate tan esencial para el futuro del país. El presidente del Congreso, excelentísimo don José Bono, ha reñido al ministro de Industria Sebastián por renunciar a tan egregia prenda de vestir en aras del ahorro en aire acondicionado.

Bono ha argumentado que si los diputados y ministros van sin corbata, los ujieres pueden promover un motín a favor de la liberación de sus pescuezos oprimidos. Sin embargo, no conozco a nadie que vista esa prenda de buen grado. El desprecio por la corbata iguala a ujieres y ministros. Una vez en casa, el gesto de deshacer el nudo suele ir acompañado de un suspiro de alivio, seguido de un arrojar la corbata lo más lejos posible. Si eso es así, ¿por qué llevamos siglos de esclavitud corbatil? No se entiende, como no sea por una inexplicable tendencia humana al masoquismo. (Por lo general los animales no llevan). ¿Se flagelará Bono en la soledad de su despacho?

La corbata es un signo de dignidad y una expresión de decoro público. Distinción y elegancia. Un diputado sin corbata es menos diputado, como un ministro sin corbata pinta menos que un ministro sin cartera. Es lo que viene a decir el presidente del Congreso y otros que, como él, creen que el poder se alcanza por sumisión a las formas y no por la legitimidad de las urnas. Para Bono sería una catástrofe que el PSOE tuviera que pactar con IU para formar Gobierno en Andalucía y  Griñán nombrara consejero de Agricultura a Sánchez Gordillo, el descamisado. Preferiría mil veces un Gobierno del PP.

De corbatas y trajes de alta costura anda bien servida la política española. No hago más que pensar en el pobre ex presidente de la Generalitat Francisco Camps, el trajeado. Me quita el sueño el jaleo que tendrá ahora el hombre con la mudanza del armario. No se merece ese calvario. Ni tener que dedicarse a partir de ahora a sacar de paseo al perro, bolsa de plástico en mano, acompañado de Mariano Rajoy. El presidente del PP ha dicho que a partir de ahora va a estar siempre al lado de Camps, y detrás y delante. Digo yo que le dejará un hueco para que el perro cague sin mancharle el traje. Qué obsesión tienen los políticos por ocupar todo el espacio y por constreñir el pescuezo de los demás.

Acerca de josebejarano

Periodista andaluz
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Una respuesta a Por la liberación de los pescuezos oprimidos

  1. Ni la dignidad habita en la corbata ni la inteligencia radica en su defensa… y mucho menos abroncando.

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